Universo. Via láctea. Mundo. Tierra. Hemisferio norte. Europa. España. Catalunya. El Tarragonés. Segur de Calafell. Paseo. Las veintiuna horas. De noche. Las doce palabras de Amaral taladrando mi cabeza. Yo y mi bicicleta. Pedaleo y pedaleo. Ritmo uniforme. Veinticinco quilómetros por hora a ojo no-profesional. Luna, a mi izquierda, ahí bien arriba. No sé bien bien si es, pero yo diría que creciente. La rodea mucha luz; o bien es una noche muy negra, o por motivos astrales hoy brilla más que nunca, qui sap! Dos estrellas enanas y símetricas respecto a la reina de la noche, brillando ahí de guays. Suelo confundirlas con aviones, pero vamos, estas llevan ahí un buen rato. Pedaleo y pedaleo. Rápido. Cada vez más rápido. Ritmo ya no-uniforme. Y no lo entiendo. ¿Por qué me sigue? Así nunca lograré escapar. Yo avanzo, más y más rápido; pero ella no se queda atrás. Es preciosa, pero necesito volar lejos, y sola. ¡Esta noche no! Ni siquiera he salido por algún motivo, solo necesitaba pedalear, descargar adrenalina, alcanzar la velocidad de la luz, y volar! Esta noche me vendría bien la compañía de mi máquina de escribir. Es un misterio no resuelto, tres virtudes que no tengo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas de clown