7 de enero de 2011

Esto va de a veces.

Que yo no soy Ricardo corazón de león, ni lo tengo; que soy más del de peón. Casi como el último mono de feria, el que ni pincha ni corta. Suelo beberme de un trago y a morro todos mis miedos, y dejarme soñar. A veces creo que debería dejarte marchar. Tengo que volar alto, muy alto, más alto que las nubes; y aprender a sostenerte en el aire y lanzarte hasta el infinito y más allá. Ai pobre de mí, cuándo entenderé que esto va de quemar etapas... Voy pasada de rosca. ¿Sabes? A veces miro al cielo y, créeme, no veo el paraíso. Es difícil mantenerse original, evolucionar sin perder la esencia. Y debería impulsarte, sí. Que yo no te hago bien y, total, tampoco me apeteces. No me creo del todo pero vivo la vida loca, ya ves, como a mi me gusta.

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