16 de marzo de 2011

Esto va de remontadas.

Te remonto a este miércoles de hará dos años, que fue lunes. Y sigo sin escribir cosas bonitas, y no porque no me pasen. Te escribo de esas palabras que sin querer construyen líneas en peligro de extinción, que leyéndolas del derecho invaden descaradamente el perímetro de seguridad, el del reinado de la vie en rose y la cursilería extrema. De las que leyéndolas des del sofá de cualquier comedor de cualquier piso, en el mío me remonto, no parecen ni son más que recuerdos tácitos, aunque sean letras. Que aquí donde me ven las conocí por ti, y en ellas encontré mi libertad. Nos remonto en la mejor tarde de mis tardes y mañanas en mínimo común múltiplo; en los únicos besos que he dado y regalado sin miedo antes, y de amor después, de ti; y en la más inexplicable e irracional felicidad. Que he dejado de quitar, ahora sumo y sumo, o sumaré. El "suma y sigue" no lo restaré jamás, que lo he ido elevando al cuadrado en cada dieciséis, que aprovecho las historias bonitas para que luego no se diga que no se escribe bueno y bonito, barato ya no te lo aseguro. Que c'est la vie, et la vie es belle.

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