26 de octubre de 2011

No tener un bocadillo

"Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir."

Tuve que leerlo hasta cuatro veces y pensar cada palabra. Me palpé la nariz y la noté en su sitio, en ella jamás se libraron batallas y no hay ni rastro de heridas de guerra. Caminaba por Sants concentrada en este par de líneas sin entender muy bien porque no recordaba cuándo me había roto la nariz. Aunque tal vez no me la rompiera, quizás alguna que otra caída de bruces sí que tuve, pero a lo sumo hubieran acarreado una leve contusión. Caminaba mirando al frente aunque sin ver nada, mis siete sentidos dirigidos hacia un único punto de fuga: ¿por qué no me rompí la nariz? Y mirándola pero sin verla, una señora me paró en medio del paso de peatones. Me encontraba ausente y desconcertada, mis sentidos no habían tenido tiempo a reunificarse por la causa y la señora ya me estaba pidiendo algo. Considerando que suelo ser de efectos retardados y dado que no estaba al cien por cien, no entendí muy bien qué quería. Salí pitando. Sin pensar. Toda yo me sentía atrofiada, sin capacidad de respuesta, y ya no digo inmediata, es que ni si quiera relativamente rápida. ¿Habéis no tenido alguna vez un bocadillo? Ella sí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Huellas de clown