19 de noviembre de 2012

El punto que no será final

Si algún día te marcharas no te echaría de menos, no a ti que no estarías.
Si algún día te marcharas no sería echar en falta, sería estar vacía y llena de nostalgia de ese tiempo pasado que siempre fue mejor.
Si algún día te marcharas tan sólo me quedaría con en el envoltorio del Ferrero Rocher que nos comimos ayer, la Nutella que recubre mi avellana se haría líquida y correría por las venas que ya no me quedarían, por el no interior que me inundaría.
Si algún día te marcharas ya no sería yo, serían mis ojos entelados y la realidad translúcida.
Si algún día te marcharas serían risa mi sonrisa y mis dientes amarillos por el cigarro de cada media hora en honor al último que te fumaste para mí, al humo que tragaste y al café al que me invitaste.
Si algún día te marcharas me quedaría con el migo que había antes de ti, con los libros que me daban otras vidas y mi habitación que, ahora que te ha acogido, necesitaría nuevas vigas y puerta cortafuegos, para que no te me colaras en los sueños.
Si algún día te marcharas aflorarían en mí un sin fin de sensaciones que no te podría hoy explicar porque no las sé; porque cada amor es diferente y cada punto y final precede a un párrafo distinto.

Si algún día te marcharas sería algo que no será porque sé que no te irás, que no serías capaz de dar un paso al frente sin saber que mi mano está, a lo sumo, una manzana más allá. No te irás porque tienes miedo del amor, porque crees que es lo más bonito que ha pasado por tus días y ahora que lo has descubierto no quieres no vivirlo. Pero es que sabes que se acaba, que ahora es un "para toda la vida" que no será siempre, que un día te despertarás y no verás mis ojos cerrados esperando a que les quites el sueño, que alargarás tu mano y los diez centímetros de cama que has dejado sin ocupar estarán vacíos. Y es que tú temes a ausencias porque no sabes que tienes el corazón más grande jamás diagnosticado, no crees que seas mejor que yo porque me miras y te llenas de algo que aún no sé qué es pero que te hace feliz, no eres consciente de que te mereces más porque no te has abierto en canal para deleitarte con tu brisa y tienes miedo a abrirme a mí y encontrar un fondo que sabes que puede estar y no quieres ver.

Si algún día te marcharas con todo lo de ti que te he descubierto y por todo lo que no he sido capaz de ser por ti, desataría el nudo de la vergüenza que no tengo y gritaría un "incapaz", pensando en cómo me enamoré de las gaviotas que volaban a otros nidos mientras tú te me regalabas en fusiones de cuerpos al ritmo de una banda sonora que inventaste para mí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Huellas de clown