5 de septiembre de 2011

ser

Dicen que cuando se es viejo se añora la pasión que se encendía cuando se era joven; cuando un par de zapatos de tacón avivaban algo muy grande aquí adentro y las curvas de las chicas de las discotecas despertaban nuevas pasiones aún no descubiertas. Yo siempre fui más de recorrer suavemente las de mi guitarra. Aunque de todas formas, cuando uno es viejo nunca es lo mismo que cuando una lo es. Ellos aún se mantienen atractivos mientras ellas se deterioran, y pierden lo de dentro. Entonces ya nadie las quiere, ni los viejos. Ellos buscarán mujeres más jóvenes de piernas esbeltas que les enciendan la llama de la pasión, una vez más; y ellas, las jóvenes, nosotras, los acogeremos como niños que un día se perdieron. Y nos regalarán estrellas, tiernas canciones y bonitos poemas.



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