“Parece mentira que seas tan tú y nada más”.
Y la dejé.
Total ¿para qué? Si nunca me salió a cuenta tenerla.
Si nunca me entendió ni quiso dejarme conmigo.
“Yo, mí, me, conmigo”, le decía constantemente.
“Tú no cabes”.
Y la tía nunca me dejó, vaya idiota.
Que te quieran nunca es suficiente,
y siendo así mi ella, ¿por qué no me dejabas?
Yo sólo me amaba a mí y a mis libros,
no había cabida para más y lo sabías,
y no me dejabas. ¿Por qué, mi ella?
Cuando ya no pude más
tuve que ser yo quien te acabara de matar.
Y aún y así no fue suficiente, te tiraste tú después.
¿Por qué, mi ella?
Si querías tirarte haberlo hecho,
no te hubiera sostenido más y lo sabías.
Y ahora no sentiría esta culpa tan grande
por haberte acabado de tirar,
cuando aún no estabas muerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas de clown